La Felicidad al banquillo

"La Felicidad al banquillo"
Así parece que hoy se cuestiona la Felicidad...
Decidir vivir plenamente y sentirse feliz empieza a ser visto como grotesco, irresponsable y poco solidario para los que consideran que las cosas van mal en el mundo, que estamos en crisis, que hay que apretarse el cinturón y preocuparse por lo que pueda pasar.
Otros incluso piensan que sentirse feliz en realidad es una manera de ocultar o huir de un dolor profundo o de no querer ver "la realidad"...
Yo desde aquí, quiero declarar inocente a la Felicidad y despojarla de toda culpa o responsabilidad sobre lo que podamos considerar que esté pasando en el mundo o en nosotros mismos.
Declaro libre a la Felicidad de manifestarse en cualquier circunstancia sin que nada ni nadie pueda privarle de su derecho natural de existir.
Invito a acogerla cada mañana al ver salir el sol, al sentirnos vivos, al contemplar la naturaleza o al ser conscientes de que cada día nos brinda la posibilidad de experimentar algo nuevo, de cumplir un sueño, de ver cómo nacen nuevos proyectos o se realizan cosas que pensábamos imposibles de conseguir...
Yo elijo cultivar la felicidad porque me da la fuerza de seguir avanzando en confianza, porque me resulta más fácil trascender las dificultades que se me presentan cuando me acompaña y porque me permite tener el equilibrio y el discernimiento necesario para no sentirme desbordada por situaciones que no puedo cambiar.
Si esto te inspira y quieres adoptar esta postura para experimentar por ti mism@ la sensación que procura, adelante.
Si tu postura es opuesta y consideras que percibir así la felicidad está totalmente alejado de tu realidad, te invito a no juzgar, y tan solo acoger con curiosidad e interés la diversidad y la diferencia.
Si tiramos del hilo de nuestras diferencias y deshacemos los nudos de los conflictos que se generan al juzgarlas, descubriremos que al final, todos nos encontramos en el mismo lugar y que todo es perfecto tal como es.
La Felicidad no se busca ni se ha de alcanzar. Forma parte de nosotros, la llevamos dentro, a pesar de que a menudo solo podamos percibirla cuando hemos terminado de tirar del hilo...

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